Interacción con los aprendices
La creación de una relación entre el formador y los aprendices en la empresa es crucial por varias razones. En primer lugar, es la base de la política de calidad de la formación de la empresa, es un escaparate de la empresa como empresa bien gestionada y con un buen trato a las personas.
Para que las prácticas se desarrollen de la mejor manera posible, es necesario establecer ciertas reglas de cooperación entre el tutor y el aprendiz. De este modo, ambas partes sabrán lo que les espera. Cada becario o grupo de becarios debe tener asignado un tutor. Gestionar la relación con los alumnos puede ser un reto, pero se pueden tomar algunas medidas para facilitar el trabajo. En primer lugar, hay que empezar con la preparación del puesto de trabajo mencionada anteriormente. Es una buena práctica enviar al becario una carta de bienvenida en la que le felicitemos por el primer paso en su carrera y le demos las gracias por unirse a nuestro equipo. Esto hará que el becario se sienta más bienvenido. La actitud de un buen mentor también es necesaria en este caso. Debe ser paciente y responder a todas las preguntas y ayudar a entender los procesos de la empresa. Por supuesto, sería ideal que el mentor fuera también una inspiración para el becario. Sin embargo, su función debe ser la de cruzar caminos y señalar tareas para que el becario se sienta bien y pueda adquirir nuevos conocimientos de forma eficaz. No puede ocurrir que el becario tenga miedo de hacer una pregunta. Para que el becario entienda bien sus tareas, puede ser útil referirse a experiencias y presentarlas con ejemplos. Conviene recordar que los propios becarios también deben pasarlo bien durante esta experiencia[1].
La formación inicial es necesaria para introducir a los aprendices en el funcionamiento de la empresa y para que poco a poco se implanten en futuros puestos de trabajo de forma más prolongada (por ejemplo, con un contrato de trabajo). Pero, ¿cómo se crean estas relaciones para poder esperar resultados positivos? Por supuesto, las habilidades sociales y de comunicación del tutor pueden desempeñar un papel importante en este sentido. Sin embargo, la presentación en una empresa puede organizarse de varias maneras bastante eficaces. Entre ellas se encuentran técnicas como, por ejemplo, el Icebreaking. El objetivo es crear más libertad y apertura en la relación entre el nuevo aprendiz y el formador/otros empleados. Además de romper la distancia social, es necesario, por supuesto, presentar al aprendiz a la empresa y presentarle la metodología de trabajo. En este caso, técnicas como la narración de historias funcionan bastante bien y permiten mostrarles mejor las actividades de la empresa. Como el becario suele ser una persona que tiene muy poca o ninguna experiencia en el puesto de trabajo, todas las cuestiones deben explicarse con la mayor claridad posible.
Los becarios también deben tener información clara sobre los criterios, lo que se espera de ellos y los resultados que pueden esperar de su periodo de prácticas. Tanto la empresa como el becario tienen ciertas obligaciones que cumplir. Por lo general, estas obligaciones están reguladas en el contrato de prácticas.
Un buen método para promover la interacción con el becario es asegurarse de que la relación con él se mantiene aunque finalmente no sea contratado. La persona sigue siendo un cliente potencial y un contacto comercial. Hay varias formas de mantener el contacto con un becario que, por alguna razón, no se incorporó a su empresa. Por ejemplo, vale la pena informarle de los nuevos puestos de trabajo en la empresa o de las ofertas de empleo en las que estaría interesado. Otro método es mantener el contacto con él enviándole, por ejemplo, deseos (si están de acuerdo, claro). También conviene recordar que los antiguos becarios/empleados son una fuente de información sobre la empresa. Y el modo en que los tratemos determinará cómo se expresarán sobre nuestra empresa y qué imagen se crearán de ella.
Otra forma interesante de interactuar con el aprendiz es preparar una documentación en la que se incluyan los temas y los métodos de formación utilizados, lo que facilitará un proceso de aprendizaje fluido para el aprendiz. La documentación también puede mostrar claramente qué cualificaciones está adquiriendo el aprendiz durante la formación, lo que luego ayudará en caso de rotación a otras partes de la empresa, porque el resto de los empleados conocerán las habilidades del aprendiz.
Sin embargo, es imposible valorar lo importante que es un acercamiento personal e individual a cada uno de los nuevos aprendices. Entender su posición y conocer su personalidad y habilidades ayudará a planificar su tiempo en la empresa de la mejor manera posible.